En el aprendizaje implícito, sugerido por Arthur Reber en los años 60, como su nombre lo indica, va implícito diferentes conocimientos como habilidades o destrezas que no se tienen contemplados pero están implícitos tras realizar diferentes tareas, ya sea repetidas o que son de costumbre.
Este modo de aprendizaje es apoyado por la repetición motora, que hace posible que la persona aprenda a realizar o aprender determinados conocimientos sin que esté consciente de ello.
¿Qué es el aprendizaje implícito?
Es aquel aprendizaje que se consigue de manera no intencional, es decir, que a base de la experiencia se puede aprender una canción si se escucha en repetidas ocasiones pero sin tener esta intención.
Esta forma de aprendizaje no requiere conciencia para lo que se está aprendiendo. En ocasiones, se requiere una cantidad mínima de atención para que el aprendizaje se dé. Un par de ejemplos serían aprender a manejar bicicletas o a nadar.
Ventajas del aprendizaje implícito
Cuando se sumerge en un campo específico, el aprendizaje implícito puede captar diferentes matices o valoraciones, actuando como un estudio consciente para adquirir conocimiento más complejo.
Los jóvenes pueden despertar preferencias o intereses inconscientes por su futuro al estar expuestos a diferentes actividades y experiencias. Esto puede servir como una forma de descubrir nuevos campos profesionales.
Las actividades físicas hacen posible el desarrollo de habilidades de manera implícita. Con el tiempo, tanto la mente como el cuerpo permiten que se mejore algo en el proceso.